Su piel noche, tensa, controlaba su ansiedad inquisidora y quiso hablar y contar su dolor puntual.
Cada palabra resonó como un eco; ella no quebró en llanto, su mandíbula fraccionó cada sílaba como un gran dique.
Anoche fue noche de relatos nuevos. Dolor puntual, Aurora. Susto, dimensión que no se esconde, se expande.
Lágrima vértigo enjuaga su rostro; y dijo “Paciencia” y después “Gran Paciencia”.
Desde hace un tiempo ella intuye nuevos rumbos en su vida madre.
Tímida escucha diagnósticos y no los entiende. Se aturde y se asusta.
Gira el tiempo y cae en él. Ella no resigna alegrías y percibe que ya no es la misma. Duele su amor mutilado. Parte del hijo soporta ella. Parte soporta él.
Aurora abraza esperanza en este tiempo pero el dolor avanza y ella lo conmina como a un animal furioso.
Amanece Aurora .Él te reclama .